Historia y elementos culturales de Formentera

Historia de Formentera

Historia y cultura de Formentera.

Aquí descubrirás alguno de los elementos históricos y patrimoniales que tiene la isla de Formentera porque no siempre fue el turismo su modo de vida y cabe recordar de donde viene uno para valorar en la justa medida, donde está.

Faro de la Mola

En funcionamiento desde 1861

Torre des Garroveret

La torre de Cap de Barbaria

Molí Vell
de La Mola

Molino harinero del siglo XVIII

Camí de Sa Pujada

Sendero histórico con unas vistas espectaculares

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Museo Etnográfico

Una mirada al pasado en el centro de Sant Francesc

Torre de la Gavina

Situada en la costa oeste de la isla

Faro de es Cap

Rodeado de un entorno casi lunar

Torre des
Pi des Català

La única torre que permite el acceso a su interior.

Torre de
Punta Prima

Situada al borde de los acantilados
Historia de Formentera
Cami de sa pujada Formentera

¡La historia de la isla de Formentera está llena de curiosidades interesantes y sorprendentes!

Por ejemplo, sabías que los primeros habitantes de la isla se establecieron allí durante la Edad de Bronce, hace unos 4.000 años? ¡Increíble pero cierto!
Un sepulcro megalítico llamado Ca na Costa, descubierto en 1974, es una prueba de la existencia de una población estable y organizada en esa época.
Es asombroso pensar que esta isla tenía una historia rica mucho antes de la llegada de los fenicios a Ibiza hace más de mil años.

Después de un período sin población, Formentera fue influenciada por las culturas púnica y romana, dejando vestigios interesantes para los investigadores de hoy en día.

Aunque no se sabe si la isla estuvo poblada después de las invasiones visigodas, hay evidencia de que durante la ocupación árabe en el siglo XI había una población estable, como se puede ver en los restos de viviendas, pozos y aljibes de la época.

Asaltada por vikingos en el año 1109 durante la Cruzada Noruega.

Según los relatos de los cronistas normandos, en un tiempo donde las Cruzadas estremecían el mundo, el legendario Sigurd I partió desde las costas de Noruega con una flota impresionante de sesenta barcos, dispuesto a liberar Tierra Santa de las manos de los infieles y recuperar, por la fuerza de las armas, aquellos territorios que le pertenecían a la cristiandad.

En su camino hacia Constantinopla los mercenarios normandos, contratados por los bizantinos, gozaban de plena libertad para saquear todos los territorios que conquistaran, convirtiéndose en una fuerza poderosa y temible.

Al navegar cerca de la costa de Formentera, Sigurd y su flota fueron atacados por los piratas berberiscos que en ese momento de la historia utilizaban Formentera como base de sus incursiones de saqueo y abordaje de los barcos y ciudades del Mediterráneo.

La batalla fue breve y los sarracenos se refugiaron en una cueva elevada de los acantilados de la Mola, la hoy conocida como Cova des Fum a raíz de la siguiente historia.

Sigurd I tomó una decisión trascendental para eliminar a aquellos que habían osado atacarles. Ordenó a sus hombres que subieran dos barcazas llenas de soldados a los acantilados y las descolgaran hasta la altura de la entrada, desde donde comenzaron a lanzar una lluvia de flechas mortales en el interior de la cueva.

Para vencer a los supervivientes, el rey vikingo encendió un fuego en la entrada de la cueva, asfixiando a los árabes con el humo y obligándolos a salir y rendirse.
De ahí el nombre de la cueva, Cova des Fum, (Cueva del Humo).

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En 1235 Jaime I de Aragón conquista las Pitiusas.
Incorporación al Reino de Mallorca.

Formentera aún estaba habitada por sarracenos en ese momento, según lo descrito en el Llibre dels Feyts, escrito por el propio Jaime I. Después de la expulsión de la población musulmana, se intentó establecer una población permanente en la isla, pero fracasó debido a la dureza de la isla y las incursiones berberiscas. Sin embargo, en el siglo XV se produjo el primer repoblamiento exitoso de la isla. De esta época es la sencilla capilla románica de Sa Tanca Vella, en San Francisco Javier, construida en 1336.

Aunque la isla no pudo mantener una población estable bajo el señorío de los Vallterra debido a las amenazas y la falta de voluntad de la gente para instalarse en la isla, los Vallterra mantuvieron el señorío nominal hasta el siglo XVIII. En la Edad Media y el Renacimiento, Formentera solo estuvo poblada ocasionalmente por habitantes de Ibiza debido a la inseguridad que implicaba la presencia continua de piratas berberiscos.

1695: La segunda repoblación de Formentera

Después de haber sido donada la isla entera a Marc Ferrer y Toni Blanc por los servicios prestados a la corona.
La llegada de los nuevos colonos, valientes y decididos, trajo la esperanza de un futuro próspero para la isla.
Con el tiempo, se construyó una fortaleza en forma de iglesia, dedicada a San Francisco Javier, y se erigieron torres de defensa y vigía en el litoral, que garantizaban la seguridad de la isla ante las incursiones de los piratas.
Poco a poco, se fueron creando pequeños núcleos de población en torno a las iglesias, aunque la mayoría de la población se encontraba dispersa en pequeñas casas de campo, hacia mediados del siglo XVIII, la población de Formentera ya había crecido a cuatrocientas personas, y a finales del siglo XIX la isla había prosperado hasta contar con casi dos mil habitantes, gracias al trabajo duro y la dedicación de aquellos valientes colonos que habían iniciado la repoblación cuya tarea principal era la de convertir en campos de cultivo lo que hasta entonces eran bosques de pinos y sabinas.

Producción de sal: Única industria en la Formentera pre turística.

La extracción de sal marina en Formentera fue una tarea dura y exigente que requería un gran esfuerzo físico y mental por parte de los trabajadores. En aquellos tiempos, no había maquinaria moderna para facilitar el trabajo, por lo que la mayor parte del trabajo se realizaba de forma manual y a través de métodos tradicionales.
Las jornadas de trabajo eran largas y agotadoras, y se llevaban a cabo bajo un sol abrasador y en un ambiente con una alta salinidad que hacía que el trabajo fuera aún más difícil.

A pesar de estas condiciones extremas, los salineros perseveraban y trabajaban con dedicación para extraer la preciada sal que era vital para la economía de la isla.
En las épocas de gran actividad en las salinas, las familias de Formentera siempre estuvieron íntimamente ligadas a la extracción de sal. Era extraño que los varones, adultos y adolescentes, de la isla no trabajasen en verano, durante la temporada de cosecha de la sal, en la recogida de tan preciado producto.

Sin duda alguna, las salinas y la extracción de la sal fue el gran motor económico de Formentera durante siglos ya que hay constancia de la existencia de las salinas incluso en época romana.

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Años 1960-70: la llegada de los hippies y los primeros turistas

Desde aquellos lejanos años, la isla ha mantenido una población estable y en continuo crecimiento pero no fue hasta los años 60 y 70, que llegó un nuevo aire a Formentera, cuando comenzó a crecer una industria turística que ofrecía un ambiente de relax y tranquilidad.

En esa década el movimiento hippy llegó a Formentera y dejó una huella profunda en la isla, dando lugar a una atmósfera de libertad y creatividad que todavía se siente hoy en día. Aunque la isla tardó en obtener suministro eléctrico, con la construcción de una línea submarina desde Ibiza, Formentera comenzó a florecer como un lugar de retiro pacífico, lejos del bullicio del mundo moderno.

Hace más de seis décadas, en el año 1958, un intrépido navegante francés llamado Paul Lombard ancló en las costas de la hermosa isla de Formentera. Junto a él, viajaban dos valientes amigos que se habían unido a su travesía desde la lejana Argelia.

Al pisar tierra firme, quedaron cautivados por la belleza de la isla y decidieron explorar todos sus rincones.

Fue durante aquella primera estancia en Formentera que el marinero Fernando Laborey, uno de los compañeros de viaje de Lombard, tuvo la brillante idea de crear algo único en la isla. Una idea pionera.
Se acercó al dueño del hostal La Savina, el señor Vicente Mayans, con una propuesta que cambiaría para siempre la forma en que los viajeros experimentarían la isla.

Así nació «El Club de los Argonautas», el primer turoperador de Formentera, una empresa pionera en su tiempo que ofrecía una experiencia sin igual a aquellos que se aventuraban en las cristalinas aguas y los escenarios idílicos de la isla. Con este nombre, rindieron homenaje a los legendarios héroes griegos que se embarcaron en la expedición en busca del Vellocino de Oro.

Desde entonces, Formentera ha sido un destino habitual para los viajeros y aventureros, gracias a la visión y la pasión de aquellos primeros visitantes que crearon algo mágico e inolvidable en la isla y que fue el inicio de la industria que cambió para siempre la historia de Formentera.

1993 Camping No

En un momento crucial de la historia de Formentera, el destino de la isla pendía de un hilo, un hilo que podía decidir su futuro para siempre. La propuesta de construir un camping en la zona de es Ca Marí había llegado, y muchos lo veían como una maniobra encubierta para urbanizar la isla. Pero Formentera, siempre orgullosa de su autenticidad y belleza natural, no estaba dispuesta a ceder ante la masificación que amenazaba su existencia.

La isla se unió en una sola voz y dijo «no» de manera inequívoca. La lucha comenzó con una huelga que fue seguida por una multitudinaria manifestación el 5 de noviembre de 1993, en la que los habitantes de Formentera se unieron para demostrar su rechazo a la construcción del camping. Con su fuerza y su determinación, consiguieron que la propuesta quedara en el olvido y que su isla siguiera siendo un paraíso natural.

Todas las fuerzas políticas de entonces se pusieron de acuerdo en defender el deseo de los ciudadanos de la isla y alguno de aquellos dirigentes fueron incluso inhabilitados en sus cargos por no acatar las directrices marcadas desde estancias superiores.

Aceptaron poner fin a sus carreras políticas por el bien común de la isla y el deseo explícito de los habitantes de la isla.

Finalmente, en 2008, el Consell Insular de Formentera celebró una importante reunión en la que se decidió por unanimidad revocar la licencia de obras otorgada en su momento para la construcción del camping de Ca Marí.
El entonces responsable de Obras y Urbanismo, Bartomeu Escandell, explicó que la licencia se otorgó hacía más de quince años y que, al no haberse ejecutado las obras, incumplía los plazos de inicio y ejecución establecidos en la Ley Balear de Disciplina Urbanística.
Además, el proyecto requería de una autorización para ejecutar las obras en una zona de protección, la cual no se obtuvo.
Con este pleno se enterró definitivamente aquel proyecto urbanístico que tenía en contra a toda la población y grupos políticos de la isla.

Creación del Consell Insular de Formentera

Las decisiones políticas siempre se habían tomado desde Ibiza al ser considerada Formentera como una extensión más de la isla de Ibiza , la isla había dependido completamente de su hermana mayor, Ibiza, y los habitantes de Formentera lucharon para conseguir un Consell Insular propio, como el resto de las islas.

Finalmente en 2007, tras la reforma del Estatuto de Autonomía de Baleares de 1983, después de décadas de lucha, Formentera obtuvo su propio Consell Insular, una gran victoria para su comunidad y la toma de decisiones sobre su territorio el modelo de crecimiento que se quiere para la isla.

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